Una intervención internacional liderada por Estados Unidos para proteger al pueblo cubano de un baño de sangre, después de que este domingo residentes de unas catorce ciudades cubanas se lanzaron a las calles en busca de libertad y mejores condiciones de vida, pidió el alcalde de Miami, Francis Suárez.
“He estado en contacto con el Departamento de Estado y ellos están monitoreando las protestas pacíficas en Cuba”, comentó el edil durante una rueda de prensa, mientras centenares de cubanos emigrados también se manifestaban en los alrededores del emblemático restaurante Versailles, en el sector de La Pequeña Habana en Miami.
Suárez, acompañado de líderes políticos y activistas de origen cubano que se reunieron en la sede del Gobierno miamense, afirmó que “el régimen castrista debe acabarse ya, esto no es negociable” y llamó a no “darle la espalda ahora” a quienes han gritado en la isla frases como ‘Abajo la dictadura’, ‘Basta ya’ o ‘Sí se puede’.
“Pedimos a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas en Cuba que apoyen a su gente, como al parecer, la Policía lo está haciendo en este momento”, señaló el alcalde de Miami, en donde radica la mayor comunidad cubana fuera de la nación insular.
Añadió que “hoy es el día que los ojos del mundo están puestos en Cuba” y que “el mundo ahora puede ver claramente la verdadera cara del gobierno cubano y cómo éste sistemáticamente ha reprimido, asesinado y matado de hambre a su gente bajo la premisa de una ideología fallida”.
Las protestas en Cuba se registran en momentos en que la isla se encuentra inmersa en una severa crisis sanitaria, con reportes de más de 6.000 casos diarios de contagiados por COVID-19 y hospitales colapsados. Además, los isleños denuncian una profunda escasez de medicamentos y alimentos.
Para el alcalde Suárez, lo ocurrido hoy en la isla demuestra que los días del régimen “están contactos”, debido a que la oposición a la dictadura comunista “es cada vez más grande y masiva”.
Apuntó que “nunca antes” en seis décadas, los gobernantes cubanos “habían recibido una espontánea respuesta tan masiva y directa”.
Las protestas de este domingo son las más grandes que se registran en Cuba desde el llamado ‘maleconazo’, cuando en agosto de 1994, en pleno ‘periodo especial’, un capítulo de escasez en la historia cubana similar a lo que se vive hoy ese país, cientos de personas salieron en masa a las calles de La Habana.
Suárez dijo que “este es el momento, tiene que suceder ahora” en alusión a la libertad que reclama la población, y más adelante aseveró que “esto puede no solo liberar a los millones de cubanos en la isla; esto tiene la habilidad y la prospectiva de liberar a todos el hemisferio en el cual vivimos, a millones de venezolanos y nicaragüenses”.
En su declaración, el titular del gobierno de Miami añadió que “el mundo está mirando a Cuba, un país que se desangra y no quiere seguir sumando víctimas. Luchar y no huir es el único camino y el pueblo cubano definitivamente lo ha entendido”.
El mandatario pidió a los miamenses que “así lo deseen” que se “manifiesten en forma pacífica”, con el fin de “evitar conflictos y actos de violencia”.